Técnica que tiene la particularidad de no utilizar ningún aglutinante, por lo que el color de la barra es el definitivo.
A cambio, tiende a ser alterado con facilidad y necesita de un fijador para su total adherencia al soporte, que suele ser papel.
Tiene su origen en Italia durante el siglo XVI como evolución del gis para dibujar. Los artistas impresionistas lo utilizaron con maestría.
